Mi pasión por la historia, la arqueología, los castillos (sobre todos los medievales) y, también, el arte (o una parte de él) me llevó muchas veces a visitar los cuatro castillos que estaban cerca de Ferrol: Andrade en Pontedeume (que no me interesaba tanto por ser urbano), Nogueirosa, Moeche y Narahío. encontrar las salidas subterráneas secretas fue una obsesión de adolescente, y en tres de esos cuatro casos localicé información sobre ellas, siempre sobre el terreno. Moeche, en cuyas almenas estoy, siempre fue un castillo triste. No había ni vida ni gran vegetación a su alrededor. Pero mucho más fortaleza que los otros citados. Había que caminar desde la estación de tren, pero eso me animó siempre. Fui solo, con mis padres, con amigos… y sigo yendo, la última vez el verano pasado.